Es el comentario que más escuchamos en nuestros diagnósticos corporales: «Llevo una alimentación equilibrada y saludable, realizo ejercicio con frecuencia, tengo un buen descanso… y, aún así, no consigo tonificar mi/s (a rellenar según la persona), ¿qué hago?» Si esta realidad también te representa, sigue leyendo porque vamos a darte algunas claves que te ayudarán a alcanzar tus objetivos.
La grasa localizada está condicionada por diversos factores: hormonales, genéticos, circulatorios, hábitos de vida, etc., y afecta a hombres (principalmente en el abdomen) y a mujeres (abdomen, caderas, glúteos, brazos…) La razón por la que ni dieta ni ejercicio son suficientes es que el adipocito (célula grasa) ha aumentado tanto de tamaño que dificulta mucho el funcionamiento normal del cuerpo en esa zona. Este engrosamiento provoca que la circulación no fluya como es debido, eliminemos peor líquidos y surja ese aspecto de piel de naranja. Además, a partir de los 25 años dejamos de sintetizar colágeno y se empieza a degradar, por lo que comienza el proceso de flacidez de la piel.
No existe una fórmula mágica
Una opción muy efectiva es recurrir a tratamientos estéticos corporales que nos ayuden a romper y disminuir el adipocito de la zona, además de conducir la grasa al hígado para que se consuma. Por otro lado, drenamos el exceso de líquidos, mejoramos la circulación y estimulamos la síntesis de colágeno para que la piel luzca más firme.
¿Cómo mantener los resultados en el tiempo? La fórmula perfecta, que no mágica, sería una combinación de alimentación adecuada, deporte y cuidados estéticos durante todo el año. En caso de no ser posible, nuestra recomendación es realizar un plan de choque cada año, durante un par de meses.
¿De qué depende el éxito de los tratamientos?
Cada persona tiene unas características propias que pueden hacer que el resultado del tratamiento varíe. Por un lado, influyen factores que podemos controlar nosotros mismos y suelen marcar la diferencia en el éxito del tratamiento: llevar una alimentación correcta, la ingesta abundante de agua, realizar ejercicio con frecuencia, la aplicación de anticelulíticos o la toma de algún tipo de complemento por vía oral (siempre bajo supervisión de expertos). Y después están factores que no podemos controlar como los genes o las hormonas femeninas.
Cuando realizamos estudios corporales a personas interesadas en adelgazar, perder volumen, reducir grasa en zonas localizadas, etc., insistimos mucho en que la función de la aparatología es trabajar el cuerpo de forma profunda, y el del paciente es ser disciplinado/a. Es la clave del éxito. Además, influyen mucho las ganas de mejorar y la actitud a la hora de afrontar el tratamiento, porque sin ella es muy difícil que se controlen bien factores como la dieta y el ejercicio. Por otra parte, es favorable que la persona no tenga ninguna enfermedad, sobre todo de tipo metabólico o endocrino (diabetes, problemas de tiroides….) no porque para estas personas estén contraindicados este tipo de tratamientos, sino porque les costará más ver los resultados.
Nuestros favoritos (y de eficacia probada)
Tanto para piernas como para abdomen, recomendamos T-Shape Localizado o LPG, según las características y los hábitos de cada persona, ya que ambos movilizan acúmulos de grasa resistente a dietas y ejercicio, además de drenar y favorecer la circulación. Si lo que buscamos, además de destruir la grasa es tonificar, añadiríamos Wonder, ya que al trabajar los músculos, este equipo favorece también la quema localizada. Aunque, para obtener los mejores resultados, lo ideal es crear protocolos personalizados en los que combinamos distintas aparatologías según la fase del tratamiento en la que se encuentre la persona, su evolución, sus necesidades… ¡Pídenos tu diagnóstico corporal!